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    viernes, septiembre 15, 2006

    Ajedrez Retrospectivo (3° parte y final)

    Cuando comencé a escribir sobre el ajedrez retrospectivo principalmente lo hice motivado por la lectura de la novela "La Tabla de Flandes" de Arturo Pérez-Reverte donde se hacía alusión a una situación donde los personajes de la historia tenían que realizar ese tipo de análisis para resolver un enigma.
    En un artículo anterior como tarea a los lectores había dejado la misma posición que aparece en la historia de Reverte. Curiosamente, si bien sólo una persona me envió formalmente la solución, tomándose la molestia de dejar un comentario en el blog, muchas otras me la entregaron mientras me encontraba conectado y chateando en algún club de ajedrez virtual, en muchos casos después de mirar el problema y pensar sólo algunos minutos, por lo que llegué a concluir que el ejercicio no era tan genial ni complicado como me pareció en su primer momento.
    A continuación la posición señalada con su correspondiente enunciado:
    Las negras acaban de jugar y capturar un caballo del oponente ¿Con cuál de sus piezas realizaron la última movida?

    Como conclusión, pensando en entregar la solución y para disfrute de aquellos que aún no han leído el libro de Reverte deseo compartir aquel extracto de la historia donde el ajedrecista muñoz resuelve el enigma realizando un análisis de ajedrez retrospectivo ante el asombro de Cesar y Julia.
    "-... Según están dispuestas las piezas -continuó Muñoz- y teniendo en cuenta que acaban de mover negras, lo primero es averiguar cuál de las piezas negras ha realizado ese último movimiento -señaló con la punta de un lápiz en dirección al cuadro, después indicó el croquis y finalmente la situación reproducida en el tablero real-. Para conseguirlo resulta más fácil descartar las piezas negras que no han podido mover porque están bloqueadas, o por la posición que ocupan... Es evidente que ninguno de los tres peones negros a7, b7 o d7 ha movido, porque todos siguen aún en las posiciones que ocupaban al empezar el juego... El cuarto y último peón, a5, tampoco ha podido mover, bloqueado como está entre un peón blanco y su propio rey negro... También descartamos el alfil negro de c8, todavía en su posición inicial de juego, porque el alfil mueve en diagonal, y en sus dos posibles salidas diagonales hay peones de su mismo bando que aún no han movido... En cuando al caballo negro de b8, no movió tampoco, pues sólo habría podido llegar ahí desde a6, c6 o d7, y esas tres casillas ya están ocupadas por otras piezas... ¿Comprenden?
    - Perfectamente- Julia seguía la explicación inclinada sobre el tablero-. Eso demuestra que seis de las diez piezas negras no han podido mover...
    - Más de seis. La torre negra que está en c1 es evidente que tampoco, pues mueve en línea recta y sus tres casillas contiguas se encuentran ocupadas... Eso hace siete piezas negras cuyo movimiento en la última jugada hay que descartar por imposible. Pero también podemos descartar el caballo negro d1.
    -¿Por qué? -se interesó César-. Podría provenir de las casillas b2 o e3...
    - No. En cualquiera de las dos, ese caballo habría estado dando jaque al rey blanco que tenemos en c4; lo que en ajedrez retrospectivo podríamos llamar jaque imaginario... Y ningún caballo o pieza que tenga a un rey en jaque abandona el jaque voluntariamente; esa es una jugada imposible. En vez de retirarse, comería al rey enemigo, concluyendo la partida. Semejante situación no puede darse nunca, por lo que deducimos que el caballo d1 tampoco movió.
    - Eso -Julia no levantaba los ojos del tablero- reduce las posibilidades a dos piezas, ¿no?... -las tocó con un dedo-. El rey o la reina.
    -Cierto. Esa última jugada sólo pudieron hacerla el rey o la reina, a la que los jugadores llamamos dama -Muñoz estudió la disposición del tablero y después hizo un gesto hacia el rey negro, sin llegar a tocarlo-. Analicemos primero la posición del rey, que mueve a una casilla en cualquier dirección. Eso significa que sólo pudo haber ido a su actual posición, en a4, desde b4, b3 o a3... en teoría.
    Lo de b4 y b3 es evidente hasta para mí -comentó César-. Ningún rey puede estar en casilla contigua a otro rey. ¿es eso?
    - En efecto. En b4 el rey negro habría estado jaque de torre, rey y peón blanco. Y en b3, en jaque de torre y rey. Posiciones imposibles.
    -¿Y no pudo venir de abajo, de a3?
    - De ningún modo. Tendría jaque del caballo blanco situado en b1, que por su posición no es un recién llegado, sino que lleva ahí varias jugadas -Muñoz los miró a ambos-. Se trata, pues, de otro caso de jaque imaginario que demuestra que el rey negro no ha movido.
    - Luego el último movimiento - razonó Julia- lo ha hecho la reina, perdón, la dama negra...
    El ajedrecista hizo un gesto que comprometía a nada.
    - Eso es lo que, en principio, suponemos -dijo-. En pura lógica, cuando eliminamos todo lo imposible, lo que queda, por improbable o difícil que parezca, tiene forzosamente que ser cierto... Lo que pasa es que, además, en este caso podemos demostrarlo.
    Julia miró al jugador con nuevo respeto.
    - Es increíble. De novela policíaca.
    César frunció los labios.
    - Me temo, querida, que es exactamente de lo que se trata -levantó los ojos hacia Muñoz-. Continúe, Holmes -añadió con una sonrisa amable-. He de confesar que nos tiene con el alma en vilo.
    Muñoz curvó ligeramente un extremo de la boca, sin humor, por mero reflejo cortés. Saltaba a la vista que su atención la acaparaba el tablero. Tenía los ojos más hundidos en las cuencas y un brillo febril en ellos: la expresión de alguien absorto en imaginarios espacios abstractos que sólo él era capaz de ver.
    - Estudiemos -sugirió- los posibles movimientos de la dama negra, situada en la casilla c2... No sé si sabe usted, Julia, que la dama es la pieza más poderosa del juego; puede mover cualquier número de casillas en cualquier dirección, con los movimientos de todas las otras piezas menos el caballo... La dama negra, según vemos, tiene cuatro casillas posibles como origen de su movimiento: a2, b2, b3 y d3. A estas alturas, usted misma sabe ya por qué no ha podido venir de b3, ¿verdad?
    - Creo que sí.-Julia frunció el ceño, concentrándose-. Imagino que nunca habría abandonado un jaque al rey blanco...
    - Exacto. Nuevo caso de jaque imaginario, que descarta b3 como posible origen... ¿Y qué me dice de la casilla d3? ¿Cree que la dama negra pudo venir de ahí, por ejemplo, huyendo de la amenaza del alfil blanco que está en f1?
    Julia consideró durante un buen rato aquella posibilidad. Por fin su rostro se iluminó.
    - No pudo, por la misma razón que antes -exclamó, sorprendida de haber llegado ella sola a aquella conclusión-. En d3, la dama negra habría estado dándole uno de esos jaques imaginarios al rey blanco, ¿verdad?... Por eso no pudo venir de ahí -se volvió hacia César-. ¿No es maravilloso? En mi vida había jugado antes al ajedrez...
    Muñoz indicaba ahora con el lápiz la casilla a2.
    - El mismo caso de jaque imaginario lo tendríamos si la dama hubiese estado aquí, por lo que también queda descartada esa casilla.
    -Salta a la vista -dijo César- que sólo pudo venir de b2.
    -Es posible.
    -¿Cómo qué es posible? -el anticuario estaba confundido e interesado a un tiempo-.Parece evidente, diría yo.
    -En ajedrez -respondió Muñoz- hay pocas cosas que puedan ser calificadas de evidentes. Observe las piezas blancas de la columna B. ¿Qué habría ocurrido si la reina hubiese estado en b2?
    César se acarició la barbilla, reflexionando.
    - Se habría visto amenazada por la torre blanca que está en b5... Sin duda, por eso movió a c2, para escapar de la torre.
    - No está mal -concedió el ajedrecista-. Pero eso es sólo una posibilidad. De todas formas, la causa por la que movió aún no es importante para nosotros... ¿Recuerdan lo que les dije antes? Eliminado lo imposible, cuando nos queda tiene que ser forzosamente cierto. Luego, recapitulando, si: a) movieron negras, b) nueve de las diez piezas negras que hay en el tablero no pudieron mover, c) la única pieza que pudo mover es la dama, d) tres de los cuatro hipotéticos movimientos de la dama son imposibles... Resulta que la dama negra hizo el único movimiento posible: pasó de la casilla b2 a la c2, y tal vez movió huyendo de la amenaza de las torres blancas que están en las casillas b5 y b6... ¿Lo ven claro?
    - Clarísimo -respondió Julia, y César fue de la misma opinión.
    - Es significa -continuó Muñoz- que hemos conseguido dar el primer paso en este ajedrez a la inversa que estamos jugando. La posición siguiente, es decir, la anterior, ya que vamos hacia atrás, sería ésta:"

    5 comentarios:

    Clau dijo...

    Sabes que me he entretenido mucho leyendo ese libro, es recomendable tanto para personas que como yo no saben mucho de ajedrez como para los más abesados... dices que no fue mucho reto el ejercicio que planteaste en el primer artículo que dejaste sobre el libro de Reverte... pero para mi, si lo ha sido, porque he tratado de descubrir a medida que voy leyendo el libro, las soluciones a las preguntas que se plantean, no te negaré que algunas veces me resulta y otras no... pero me siento motivada para hacerlo...

    Marcelo Jorquera C. dijo...

    Hola Clau:
    Si, a mi me pareció buena y entretenida la novela de Reverte, a tal punto que me llevó a incursionar sobre este tema del ajedrez retrospectivo, el cual simplemente me pareció apasionante...
    Ahora he escuchado algunas críticas en relación a la calidad literaria y ajedrecística del autor, pero en relación a otras novelas que giran en torno al ajedrez esta me pareció mejor que "El ocho" de Katherine Neville, la cual incluso es más conocida.
    Ahora me daré el trabajo de averiguar sobre otras obras literarias que giren en torno al ajedrez para ver si me consigo de alguna forma los libros y sigo leyéndolos y comentándolos con ustedes en este sitio.

    Marcelo Jorquera C.

    Marcelo Jorquera C. dijo...

    Hola Rafael:
    No sé si has leído la novela de Reverte, pero precisamente la interrogante que te haces es la misma que se plantean los personajes de la historia (¿dónde estaba ubicado el caballo blanco y cuál pieza fue el que lo capturó).

    En relación a la segunda interrogante tal vez la respuesta es más simple, hay que entender que la posición es creada para tal situación de análisis de ajedrez retrospectivo (como podría ser cualquier otro problema de ajedrez donde las blancas tienen que dar mate en dos o tres jugadas por ejemplo), por lo que muchas veces la disposición de las piezas no tiene que tener necesariamente "una lógica". Si sirve para el planteamiento del autor del problema está bien.
    A propósito de esto, unos amigos me han mostrado más posiciones de problemas de Ajedrez Retrospectivo, por lo que no dudo compartirlas con ustedes en este sitio a la brevedad.
    Sin otro particular se despide,

    Marcelo Jorquera C.

    Anónimo dijo...

    Hola Marcelo, acabo de descubrir hoy tu página y me estoy entreteniendo un montón.

    El año pasado leí la novela de Reverte y cuando llegué a la posición deje el libro a un lado para centrarme en ella.
    Con esto quiero decir que resolví el problema por mi cuenta y luego cuando seguí leyendo, para sorpresa mía, me encontré con una solución distinta...

    Este tipo de problemas requiere mirar todas las piezas pues cada una de ellas guarda un secreto.
    Hay detalles de este tipo pueden hacer que la posición sea inválida o bien que la dirección de las piezas sea la contraria (blancas arriba). Un autor de problemas geniales es Raymond Smullyan (conozco un par de libros verdaderamente apasionantes: 'Juegos de Ajedrez y los misteriosos caballos de arabia' y 'Juegos y problemas de Ajedrez para Sherlock Holmes')

    En concreto el razonamiento de Muñoz no repara en un detalle fundamental: el peón negro a5. Como llegó ahí?
    Evidentemente comiendo en b6 y en a5 (casillas negras) dos piezas blancas. Cuales?
    Una es el alfil blanco de casillas negras, pero la otra no está tan clara.
    La pregunta que estaba escrita en el cuadro era '¿Quién mató al caballero?'
    La única pieza blana que pudo ser comida en a5 o b6 ha de ser el caballo que falta, a menos que alguno de los peones g2 o h2 haya coronado para luego ser comido en alguna de estas casillas.

    Por lo tanto, es correcto decir que la dama negra vino de b2, pero no es correcto afirmar que haya sido ella la que mató al caballero. Muchos más méritos tiene el peón de a5 de ser el 'culpable'. Por tanto el recurso utilizado por Reverte (la posición) refleja que no tenía a su mano a un Muñoz para aconsejarle en estos temas tan escabrosos...

    Anónimo dijo...

    Encontre otras dos jugadas posibles.
    Un peon en e2 que comio una pieza en d1 y corono caballo.
    Y menos probable pero no imposible un peon en b2 que comio una pieza en c1 y corono torre.

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